Turbulencias Emergentes

Comentario semanal en Radio Exterior de España       14 de Marzo 2014

¿Hay una crisis en los emergentes -esos países ni ricos ni pobres, que han crecido a ritmo imparable este siglo, y ya representan la mitad de la riqueza mundial?

Cada vez crecen menos, algunos con alta inflación y muy sensibles al capital internacional, cuyos bruscos movimientos provocaron devaluaciones en cadena el mes pasado, en Argentina, Venezuela, Turquía y Suráfrica.

¿Terminará en una crisis como la de los tigres asiáticos, el tequila o el wozka a final de los 90s?, o ¿son solo turbulencias entre las naciones más vulnerables por su inestabilidad política, su dependencia del precio internacional de las materias primas y de los flujos de capital?.

Ni lo uno ni lo otro, o ambos, concluyen los expertos, al considerar este fenómeno -iniciado a mitad de 2013-, el tercer episodio de la crisis global. Pero, no sacude por igual: “la crisis de los emergentes va por barrios”, aseguran los economistas, Sara Baliña y Matías Lamas.

De hecho, el efecto de la retirada de estímulos monetarios Norteamericanos  –a diferencia de otros fenómenos de esta crisis- ha sido desigual en función del rigor económico, estabilidad política y vulnerabilidad exterior de cada país.

Así, el grupo más tocado es Ucrania, Argentina y Venezuela; en el segundo pelotón, las naciones con abultado déficit corriente, contracción del crecimiento y gran sensibilidad al precio internacional de las materias primas, como Turquía, Suráfrica, Chile y Perú. Un tercer nivel son los europeos del Este – como Hungría o Rumanía-, con financiamiento privado en moneda extranjera, que sin estar en el euro son los más susceptibles a cualquier oscilación.

Pero el grupo más pesado, por su dimensión, por ser los líderes regionales, y porque con ellos nació el fenómeno de los emergentes, son los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), con problemas estructurales muy diferentes, pero el mismo denominador común: la lentitud o inacción frente al cambio de fondo necesario para asegurar la fase final de su expansión:

Por ejemplo en China, afrontando el poder de la “banca en la sombra” y el estímulo de la demanda interna; o en Brasil, cuyo reducido crecimiento e inflación del 6%, pone en duda la política monetaria de su Banco Central.

Pero, al final, lo que más preocupa en Europa es: Estas sacudidas en los emergentes, ¿afectarán a la, aún frágil, recuperación del primer mundo?. Más bien al contrario, además de los factores propios, las perturbaciones son consecuencia del prolongado estancamiento de Europa, de las medidas monetarias de EEUU y del frenazo Chino.

De hecho, si la contracción China no es muy profunda ni prolongada – coinciden todos los economistas-  solo se tratará de un reajuste de quiénes son los primeros de la clase, entre los países en vías de desarrollo. Pues, de hecho, con todo y sacudidas, la media de crecimiento de los emergentes este año será de 5%, casi el doble de la  estadounidense, y cinco veces la prevista para Europa.

Con todo, la sacudida es más que un oleaje…. En el último mes, de América Latina salen 14 mil millones de dólares cada semana, y cuatro de las 6 divisas más depreciadas son latinoamericanas, mientras la deuda del Asia emergente se ha estabilizado frente al dólar.

Y, como a nivel global, las olas no sacuden por igual a América Latina: La inversión extrajera se estabilizará este año y el próximo entorno a un 5% del PIB, pero con gran diferencia entre la recién creada zona del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile) y Mercosur (que conforman Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay).

En todo caso, estas turbulencias muestran la vulnerabilidad de unos emergentes que ya creíamos emergidos, pero también les ha dado músculo financiero para sortear los vaivenes, como ya lo hicieron durante el estallido de la crisis hace 5 años.

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marzo 13, 2014 · 6:29 pm

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